El Gremio de Hoteleros solicita una excepción para 735 apartamentos concentrados en 46 edificios, mientras el Ayuntamiento defiende su plan de eliminar 10.000 pisos turísticos
Los hoteleros de Barcelona han solicitado al Ayuntamiento que reconsidere la prohibición total de apartamentos turísticos prevista para 2028, especialmente para aquellos casos en los que edificios completos están destinados a este uso. El presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Jordi Clos, ha defendido la necesidad de mantener estas instalaciones debido a la insuficiente disponibilidad hotelera en la ciudad.
735 apartamentos turísticos en manos de hoteleros
Los hoteleros barceloneses gestionan actualmente 46 edificios completos dedicados a apartamentos turísticos, que suman un total de 735 apartamentos. Clos ha reivindicado que estos inmuebles, junto con otros similares que no pertenecen a cadenas hoteleras, deberían quedar exentos de la prohibición anunciada por el gobierno municipal de Jaume Collboni.
El Ayuntamiento mantiene su postura
El teniente de alcalde de Turismo, Jordi Valls, ha sido contundente en su respuesta: «El Tribunal Constitucional nos ha dicho que eliminar pisos turísticos en la ciudad es correcto». Valls ha recordado que los 10.000 pisos turísticos existentes en Barcelona solo pagaron 250 euros por licencia, mientras que la falta de vivienda se ha convertido en el principal problema de la ciudad.
Según el Consistorio, la liberación de estos 10.000 apartamentos turísticos equivaldría a cinco años de construcción de vivienda nueva, considerando que privados y administraciones construyen conjuntamente 2.000 pisos anuales. No obstante, Valls ha reconocido que las elecciones municipales de 2027 podrían cambiar el escenario político y requerir acuerdos entre formaciones.
Solo el 15% de pisos turísticos están concentrados
El Ayuntamiento de Barcelona defiende que únicamente el 15% de los pisos turísticos está concentrado en un mismo edificio, situándose la mayoría en el distrito del Eixample. Esta concentración contrasta con el 85% restante, distribuido de manera dispersa por la ciudad.
Turismo: entre la riqueza económica y el rechazo ciudadano
Estas declaraciones se produjeron durante el diálogo «Barcelona y el Turismo» organizado por RethinkBCN, el órgano de la Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales de Foment del Treball. El encuentro puso de manifiesto las cifras del turismo en Barcelona: 15,5 millones de visitantes en 2024, un sector que representa el 14% del PIB, 166.000 empleos directos y 250.000 indirectos.
«La ciudadanía percibe el turismo como algo negativo, pero es un motor y genera riqueza. Tenemos la obligación de gestionarlo para no morir de éxito», afirmó Valls. Por su parte, Clos reconoció la necesidad de «trabajar para minimizar las consecuencias negativas del turismo» mediante la distribución de visitantes por la ciudad y la gestión de monumentos emblemáticos.
La tasa turística se duplicará en 2028
Otro punto conflictivo es el aumento de la tasa turística en Barcelona. ERC, PSC y BComú acordaron incrementar el impuesto municipal de cuatro a ocho euros en 2028. A esto se sumará el Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET), que se debatirá en abril en el Parlament y podría oscilar entre dos y siete euros según la categoría del alojamiento.
En total, los turistas pagarán entre 10 y 15 euros por persona y noche. Clos advirtió que «estos impuestos no se pagan en otras ciudades de España y nos debilita en cuanto a destino de eventos, ferias y congresos», aunque respaldó que los ingresos reviertan en la ciudadanía.
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Gestión público-privada y ampliación del aeropuerto
Valls destacó la evolución de las políticas turísticas: «Hace 20 años, la única política en turismo era la promoción. Hoy hablar de turismo implica políticas públicas, como la fiscalidad o herramientas urbanísticas como el PEUAT». El concejal defendió que la regulación debe ser pública, aunque la gestión pueda ser público-privada.
Como ejemplo, citó la Sagrada Familia, visitada por cuatro millones de personas en su interior y 20 millones en el exterior, generando malestar entre los vecinos. Finalmente, tanto Valls como Clos coincidieron en apoyar la ampliación del aeropuerto del Prat como medida estratégica para la ciudad.












