El Puerto de Valencia suma 90.124 pasajeros de cruceros en junio, contradiciendo las políticas de moderación turística de la alcaldesa María José Catalá
Las cifras oficiales desmienten la efectividad de las medidas municipales para frenar el turismo de cruceros en la capital del Turia
Valencia experimenta un repunte significativo en el turismo de cruceros
El Puerto de Valencia ha registrado en junio de 2025 un total de 90.124 pasajeros de cruceros, lo que representa un incremento del 15,8% respecto al mismo mes del año anterior. Estas cifras contrastan significativamente con las medidas anunciadas por la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, quien el pasado mes había presumido de implementar políticas efectivas para moderar la llegada de cruceristas a la ciudad.
Las medidas de Catalá no logran frenar el crecimiento del sector
A pesar de las declaraciones de la alcaldesa sobre la moderación del turismo de cruceros en Valencia, los datos oficiales de la Autoridad Portuaria de Valencia muestran una realidad diferente. En lo que va de año, los muelles valencianos han registrado un incremento del 2% en cruceristas tras el descenso inicial, acompañado de un notable aumento del 13% en el número de barcos de crucero.
Durante los primeros seis meses de 2025, han amarrado en las aguas valencianas un total de 133 cruceros, superando los 115 del mismo período de 2024, según las estadísticas oficiales del organismo portuario del cual la propia alcaldesa forma parte del consejo de administración.
La controversia de las cifras y el impacto de la DANA
El pasado 30 de junio, tras el consejo de administración portuario, Catalá aseguró que las cifras ratificaban su compromiso de «disminuir de forma progresiva, razonada, razonable y sensata» el turismo de cruceros. Sin embargo, estos datos se basaban en una comparativa de 12 meses (de mayo a mayo) que incluía el período afectado por la catástrofe de la DANA.
El fenómeno meteorológico extremo provocó el desvío de cruceros durante semanas y la suspensión de múltiples escalas y viajes, lo que impactó significativamente en las estadísticas de 2024. Durante ese año, pasaron por el puerto valenciano 774.067 pasajeros de cruceros, registrando 7.213 menos que el año anterior (un descenso del 0,9%).
Limitaciones técnicas vs. políticas de restricción
La Autoridad Portuaria había planificado inicialmente 821.692 cruceristas para todo 2024, según el calendario de escalas que las compañías suelen programar con dos años de antelación. Estas cifras sugieren que el descenso registrado se debió principalmente al impacto de la DANA más que a las políticas municipales.
En cuanto a las restricciones futuras de megacruceros en Valencia para 2026, anunciadas por Catalá hace un año, la realidad es que estas limitaciones responden a motivos técnicos. Las obras de la nueva macroterminal de contenedores impedirán por razones de dimensiones y seguridad que estos grandes barcos puedan maniobrar en sus espacios habituales.
Diferencias institucionales en la gestión del turismo de cruceros
Estas limitaciones han generado tensiones con el departamento de turismo de la Generalitat Valenciana, también controlado por el Partido Popular, en un contexto donde el turismo de cruceros está siendo objeto de debate en grandes puertos y ciudades europeas.
La situación refleja la complejidad de gestionar el turismo de masas en Valencia y la dificultad de implementar medidas efectivas de control cuando factores externos como fenómenos meteorológicos extremos tienen un impacto mayor que las políticas municipales.
:: MSC Cruceros celebra dos décadas de operaciones en Valencia con el estreno del MSC Grandiosa
Perspectivas del sector turístico valenciano
Los datos de junio evidencian que el sector de cruceros en Valencia mantiene su dinamismo pese a las declaraciones restrictivas del gobierno municipal. El incremento sostenido sugiere que la demanda turística supera las medidas de moderación implementadas, planteando nuevos desafíos para la gestión del turismo sostenible en la capital del Turia.
La evolución de estos números será clave para evaluar si las políticas municipales logran el equilibrio buscado entre el desarrollo turístico y la sostenibilidad urbana, especialmente de cara a la temporada alta de verano.